Patrimonio Pictórico

«El Envío»

Obra: «El envío»
Autor: Diego Ernesto Wilson Plata
Cronología: 1961
Técnica de ejecución: Óleo sobre tabla
Estilo: Realista
Dimensiones: 260 x 180 cm

     El padre Wilson llevó a cabo una serie de pinturas para exornar las distintas capillas de la iglesia de Santa María de la Amargura de Málaga.
     La composición que recrea el envío de los apóstoles (Mt 28,19) fue ubicada en la capilla del baptisterio. A través de ella, recreó la escena de la misión universal de los discípulos: Id y enseñad a todos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
     En la parte central de la composición, Jesucristo señala hacia un pergamino desenrollado, del que caen gotas de agua, es el símbolo del bautismo universal. En el documento, el autor transcribió el pasaje bíblico. En la parte inferior, una gran esfera de color blanco, destaca del fondo oscuro. Alude a la Tierra. Jesucristo y los apóstoles se hayan suspendidos en una plataforma irregular que paree flotar, como si se encontrasen fuera de la Tierra, sañalándola como el lugar destinado para el apostolado.
     La figura de Jesucristo destaca en la composición por estar representado de frente y cuerpo entero, con túnica de color burdeos y manto de color verde, con unos trabajados pliegues.
     Cristo es la cabeza del Cosmos. Por ello no se encuentra sólo en las Escrituras, en la Iglesia o en la hostia consagrada, su lugar natural es el cosmos, como dueño y Señor de todo lo creado.
Junto a él, tres apóstoles, dos detrás y el tercero, de espaldas , escuchan atentamente la enseñanza del Maestro. Los personajes están representados de manera frontal, salvo uno de los apóstoles, ya que se trata de una composición para ser vista de frente.
     El espacio superior está resuelto con motivos cúbicos, con la intención por parte del autor de insertar modernidad a la composición de estilo realista.


«San José»

Obra: «San José»
Autor: Diego Ernesto Wilson Plata
Cronología: 1961
Técnica de ejecución: Óleo sobre tabla
Estilo: Realista
Dimensiones: 300 x 108 cm

     Representación pictórica protagonizada por la imagen de San José acompañado de la el niño Jesús.
La escena se desarrolla en una carpintería, en clara alusión a la actividad laboral del santo. El Niño, ubicado delante de su padre adoptivo, porta una cruz en su mano izquierda, a la que le dedica su mirada. Junto al santo, se halla un motivo iconográfico propio: la representación de la vara florecida.
Repartidos por la composición, se hallan reflejadas herramientas propias de la actividad relacionada con la madera, una fábrica, una barca y una chimenea. Estos elementos pueden hacer referencia al mundo del trabajo y se entroncarían directamente con las actividades desarrolladas por los habitantes del entorno donde se alzaba la iglesia de Santa María de la Amargura.
Este cuadro se ubicaba en uno de los altares laterales del edificio parroquial. Se situaba como elemento central de una serie de cuadros de menor tamaño, alusivos a la vida de San José. El padre Diego Ernesto Wilson siempre profesó una gran devoción a San José. Resaltaba su figura en las charlas que impartía, y resaltaba su juventud. Esta es la razón por la que en esta representación pictórica, San José aparece como un hombre joven, fuerte y trabajador, frente a l as clásicas representaciones de hombre de cierta edad.


«San Francisco de Asís»

Obra: «San Francisco de Asís»
Autor: Diego Ernesto Wilson Plata
Cronología: 1961
Técnica de ejecución: Óleo sobre tabla
Estilo: Realista con influencias manieristas
Dimensiones: 300 x 120 cm

     Esta composición pictórica también formaba parte de las tablas realizadas por el padre Diego Ernesto Wilson para exornar ls capillas de Santa María de la Amargura de Málaga. La falta de la calidad del soporte y de los materiales es apreciable, aunque cuando fueron realizadas cubrieron las expectativas para la decoración de una recién bendecida parroquia, con recursos muy modestos.
En este caso, el santo representado es San Francisco de Asís. Una de las capillas laterales estaba dedicada a él. Esta obra ocupaba el centro, mientras que alrededor de ella, se ubicaron otras pinturas, de menor tamaño, que representaban escenas relevantes de la vida del santo. En ellas se pueden apreciar ciertas reminiscencias de las obras del Greco.
San Francisco es uno de los santos más representados a lo largo de la Historia del Arte. En este caso, el padre Diego Ernesto Wilson lo plasmó de manera frontal. En la representación San Francisco, evangelio viviente de Jesús en el siglo XII, aparece con su característico hábito marrón y con el cordón de tres nudos, símbolo de pobreza, castidad y obediencia. Envuelto en un misticismo traducido en su mirada perdida en el cielo, porta los atributos que decidieron su vida. Sobre su pecho, destaca el corazón iluminado por el añor ardiente a Jesucristo, y sobre éste, la cruz, símbolo de Cristo pobre, encarnado en los más pobres de su tiempo: los leprosos, Perseguía conseguir la fraternidad universal, la unión con todos los hombres de cualquier condición social, racial o religiosa, que hunde sus raíces en la caridad, mandamiento supremo de Jesús.
Con la presencia de una calavera, muestra el total desinterés por lo material y ningún temor a la llamada por el santo como «la hermana muerte». Asimismo se reflejan los estigmas que acompañaron al santo. También se representan a la paloma, con sus ala desplegada se iniciando el vuelo, con una doble intencionalidad en su representación; amigo de los animales y amante de la naturaleza que veía reflejada en ella la mano de Dios; y como representación del Espíritu Santo.
En 1980 el papa Juan Pablo II, proclamó a Francisco de Asís patrón de la Ecología.
San Francisco de Asís encarna al hermano pobre de corazón sencillo y es ejemplo por su servicio a Dios y al prójimo.


«Santa María de la Victoria»

Obra: «Santa María de la Victoria»
Autor: Fernando Prini Betés
Cronología: 1984
Técnica de ejecución: Plumilla sobre papel
Estilo: Realista
Dimensiones: 34 x 24,5 cm

     Fernando Prini, de formación autodidacta, ha embellecido el rostro de Santa María de la Victoria en un delicado y preciso dibujo en el que reproduce la iconografía de la Patrona oficial de Málaga y su Diócesis.
En la representación destaca la frontalidad de la talla, su gran empaque mayestático, el rostro oval de serena expresión realista y los pliegues angulosos de los vestidos. En la mano derecha y como es tradicional, Santa María de la Victoria, porta un cetro y sobre la izquierda lleva posado un pajarito, atributos que fueron estrenados el 8 de febrero de 1943 con motivo de su coronación canónica. El Niño en su regazo, cuyo original fue tallado por el artista malagueño Adrián Risueño, también fue realizado para la coronación de la imagen.
El estudio realizado y plasmado en esta obra, de estilo figurativo, posee una gran calidad y precisión. En él se puede apreciar una depurada técnica plasmada especialmente en la combinación de líneas y trazos. El autor ha conseguido crear el efecto de sombras y grises con unas líneas cargadas de energía.


Virgen de la Salud

Autor: José Manuel Ruiz Blanco
Cronología: 1998
Técnica de ejecución: Óleo sobre lienzo
Estilo: Realista
Dimensiones: 67 x 55 cm

     Se trata de una composición oval de un primer plano de la imagen de María Santísima de la Salud, concebida para ser ubicada en un estandarte procesional. El autor ha plasmado toda la serenidad y expresividad de la imagen, aportando aún mayor luminosidad a través del perfecto y delicado rostrillo. Toda la fuerza de la composición la centra en el rostro de María Santísima, que aparece con su corona. Remata la composición y sirve para enmarcar a la imagen, el primitivo manto procesional. Al fondo se puede apreciar un rosáceo atardecer, evocador de una tarde de Domingo de Ramos.
Esta pintura corresponde a una obra de juventud del artista, que ha evolucionado en su creación pictórica hacia el hiperrealismo.


Cartel anunciador del XXV aniversario fundacional de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor y María Santísima de la Salud.

Autor: Raúl Berzosa Fernández
Cronología: 2003
Técnica de ejecución: Óleo sobre lienzo
Estilo: Realista
Dimensiones: 195 x 130 cm

     Óleo que recrea el trono de María Santísima de la Salud a su paso por calle Trinidad. Al fondo, la esbelta torre de la parroquia de San Pablo preside el discurrir de la procesión de la Hermandad. La obra está protagonicaza por dos nazarenos, uno con bastón, de a sección mariana, con capirote de color burdeos y el otro, con capirote de color morado y vara, de la sección del Cristo. Junto a éste, en primer término, un nazareno de la sección infantil (juventud e ilusión), con una campanita en la mano, se afana con alegría y entusiasmo en anunciar que ya llega María Santísima de la Salud. La verticalidad de los capirotes de estos dos nazarenos se funden con las barras del palio del frontal del trono, reforzando aún más si cabe, la imagen central de la que se reflejan los hombres de trono, que cubren su rostro con un capillo.
La luminosidad de la obra nos quiere trasladar al momento inmediato al inicio de la salida procesional en una esplendorosa tarde de Domingo de Ramos.
Nos encontramos con una composición temprana de este artista malagueño que centra su labor pictórica en los retratos, la figura humana, los temas religiosos y los trabajos dedicados al mundo cofrade malagueño y de distintas ciudades de la geografía española.

Observaciones: En el año 2004, este óleo fue el cartel anunciador del XXV aniversario fundacional de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor y María Santísima de la Salud.
El nazareno de la sección infantil de María Santísima de la Salud que se representa en la obra, es un retrato de niña de la esposa del autor.

 


Virgen de la Salud (Manuel Higueras García)

Autor: Manuel Higueras García
Cronología: 2012
Técnica de ejecución: Óleo sobre tabla
Estilo: Hiperrealista
Dimensiones: 68 x 46 cm

    Se trata de una bellísima composición realizada en óleo sobre tabla que presenta, sobre un fondo azul violáceo, un primer plano de perfil de la imagen de María Santísima de la Salud. El autor ha querido plasmar la perspectiva que tenemos de la Virgen cuando nos acercamos hasta su altar.

    El pintor ha reproducido magistralmente la textura de los tejidos, del encaje, la proporción y el tratamiento del color. Se trata de un encuadre muy personal que ha dado como resultado una obra donde se refleja una enorme exactitud en los detalles, y en la que destaca la luz y en la que el autor hace alarde de un extraordinario dominio de la técnica pictórica.

    Esta obra protagonizó el cartel anunciador de la salida penitencial del año 2012.


LÁMINAS A PLUMILLA

Autor: Pedro Albín Morcillo
Cronología: 2012
Técnica de ejecución: Plumilla
Estilo: Realista
Dimensiones: 28,5 x 20 cm

    En la primera de ellas se recoge la esencia, historia y señas de identidad de la corporación. El dibujo se utiliza como lenguaje, como medio de expresión. En una magistral composición personal donde el autor ha aunado diversos elementos característicos que identifican el carácter y la vocación de la Cofradía. En el ángulo superior izquierdo, se encuentra dos monaguillos concentrados en su labor de distribuir el incienso como anuncio de la llegada de los Sagrados Titulares. En estos niños podemos leer la simbología de una joven cofradía y de su ilusión. Debajo de éstos, en alusión al lugar donde nació la Hermandad, se representa el cuerpo central de la fachada del convento del Císter. Justo delante de la puerta central de la Abadía, coronada por un vano que alberga una imagen de Santa Ana, Albín ha colocado un grupo de cirios que ya han sido encendidos del que penden lágrimas, rodeados de las flores de cera, que cada año desde la primera salida penitencial de María Santísima de la Salud en 1985 han acompañado la imagen.

    En el ángulo superior izquierdo, la elegante y majestuosa torre neogótica de San Pablo, símbolo de las Cofradías trinitarias junto con los voladizos de algunos de los tejados de las casas de calle Trinidad. Y el inicio del cuerpo de procesión, antecedido por la cruz guía, Cristo y Virgen protagonizan alegóricamente la composición. Y como motivo iconográfico central de la lámina, que parte de una desdibujada barra plateada, el estandarte, Salus Infirmorum.

    El autor, después de combinar con originalidad todos estos elementos, y en una asociación espléndida de las líneas, nos muestra su dominio de la técnica tanto en el tratamiento de las formas como en el de los contornos. La tinta negra, aplicada de manera sobre el papel blanco supera en expresividad a las tintas de color. La vista no se distrae ante el colorido y se centra en la totalidad de la obra. La combinación de trazos dan resultado a las tramas, que sirven para crear efectos de sombras y de grises.

    En la segunda lámina, se pone de manifiesto que el adorno barroco se transforma ante los ojos del espectador. El colorido barroco es siempre un movimiento de color, unido por añadidura a la impresión de transformaciones. Retratos barrocos Sus contenidos son, no los labios, sino el lenguaje, no los ojos sino la mirada. El cuerpo respira. Toda la obra envuelta en el movimiento. El alma busca salvación en la sublimidad de lo colosal lo infinito. En Ti, Señor de la Esperanza en su Gran Amor.

    En el conjunto de lineas y trazos, las tramas simples en el rostro no son rectas sino curvas y siguen la anatomía de la cara, de los cabellos que recogen en un primer plano, emoción y movimiento.

    Se trata de un retrato donde el artista ha logrado plasmar toda la plástica y la belleza de nuestro sagrado titular, energía. mediante líneas cargadas de energía.

    El tercer dibujo representa un primer plano del bello rostro de María Santísima de la Salud. En él se alcanza la cima del ilusionismo: la representación tridimensional, corpórea cuyo paradigma es la es- cultura. El autor representa los detalles con una calidad casi táctil. El tratamiento del dibujo en los ojos o en la boca personaliza aún más la imagen.

    Albín ha logrado una conjunción armónica de las tramas y las sombras en una combinación de trazos en perfecta armonía que siguen un patrón y dan forma consiguiendo el presente resultado.

    El rostrillo de la Virgen parece querer salir del plano. La representación de la delicadeza y la finura del encaje y la blonda han sido trabajadas minuciosamente, alcanzando un efecto preciosista. Con su mirada serena, el Dolor es protagonista del semblante de su rostro, simbolizado no solo en el gesto sino tambien en las cristalinas lágrimas que resbalan por sus mejillas, como alusión a los misterios Dolorosos.

    En la cuarta lámina, el autor ha plasmado el objetivo de la realización de la procesión: realizar la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral Basilica de Santa María de la Encarnación.

    En esta ocasión nos encontramos ante un riguroso y detallado di-bujo con unos elaborados elementos arquitectónicos del solemne interior de la catedral de Málaga.

    La instantánea recoge una perspectiva del discurrir del trono del Santisimo Cristo de la Esperanza en su Gran Amor por el templo catedralicio, cobijado por las bóvedas decoradas con grutescos y palmas.

    La proporción ha sido tratada de manera rigurosa. Unos esbeltos pilares se funden con la minuciosa representación de la imagen del Cristo. Esta queda enmarcada por los arbotantes delanteros y la parte superior de su trono, en el que, sobre el monte de claveles, se yergue en la cruz.

    En la quinta lámina, la protagonista es la imagen de María Santísima de la Salud a su paso por la fachada principal de la Catedral malacitana. Una vez más se puede observar cómo el dibujo es y debe ser considerado, una actividad artística autónoma e independiente, cuya finalidad trasciende con mucho el hecho meramente instrumental para llegar a la creación de un mundo espiritual cerrado en sí mismo.

    El dibujo es la expresión más íntima de un artista. Un solo dibujo describe la totalidad del lenguaje de su autor, y sintetiza todos los elementos necesarios para reconocer su personalidad artística.